martes, 4 de noviembre de 2014

Quitando Arrugas

Con “el taller de planchado: nosotros también sabemos quitarnos arrugas”,  prosigue la puesta en práctica de la reformulación de la identidad masculina que dentro del programa educativo de la CT Cortijo Buenos Aires venimos trabajando desde hace tiempo. Es un tiempo de cambios y es normal que haya una cierta confusión, arrugas irreverentes, necesidad de aciertos, que vienen generados por la falta de alternativas.

¿Qué es «la masculinidad»? Si la masculinidad no es la expresión social, cultural ni política de la virilidad, entonces ¿qué es? No creo tener una respuesta definitiva a esta pregunta, pero tengo algunas propuestas sobre por dónde empezar a cambiar la visión de nosotros mismos, eso de que lo viril siempre se ha asociado a machismo. Y la comparto tal cual lo veo introduciendo este taller en la CT Cortijo Buenos Aires.

Los metrosexuales han sido destronados. Se impone ahora el modelo megasexual, ese hombre varonil que, además, es capaz de entregarse sin escatimar ningún tipo de ternura y sensibilidad. Así los hombres ahora:
-cooperan
-hablan
-escuchan
-colaboran
-expresan emociones
-son solidarios
-son sensibles
Machotes, metrosexuales, cibersexuales. Hombres femeninos, dandis y de pelo en pecho. Caballeros, compañeros, chicos malos. Rebeldes, conservadores, con corbata o desgreñados. Depilados o hermosos como osos. Musculados, peterpanes, viriles. Dominadores, poderosos, sensibles, solidarios, amigos, padres, amantes… Somos Hombres en busca de identidad desde hace unas décadas, redescubriéndonos para adaptarnos a una sociedad que cambia, repensándonos para satisfacer sus demandas. O reinventándonos por puro hartazgo, porque ya no queremos ser superhéroes, porque nuestro eterno papel de cazadores infatigables nos pesa como una losa, porque hemos descubierto los beneficios del co-: cooperar, coeducar, convivir, corresponder, colaborar, cocinar, coincidir, concordar, confiar.
Les leo en una actividad días antes un texto de Erick Pescador Albiach, sociólogo, sexólogo y especialista en masculinidad y prevención de violencia machista, que dice que “Todos los modelos que se suceden tienen que ver con la dificultad de encontrar otras formas de ser hombre diferentes de las tradicionales. En la sociedad, en la calle, se ve la necesidad de plantear hombres que estén en contra de la violencia, que muestren otras formas diferentes de relacionarse en la casa, de hacer las tareas, de la crianza, de relacionarse afectivamente. Todo eso es una necesidad social realmente. Más que confusión, estamos en un momento de crisis y cambio, pero eso no es necesariamente malo”. Nos quedamos callados, intentando valorar la concordancia con nuestras realidades buscadas y reales y esto que dice el texto.

Cuando un hombre empieza a cuidarse a sí mismo, empieza a despertarse la necesidad de atender y escuchar el cuidado de los demás. Ese es un proceso importante y más aún en un espacio como una CT en la que el cambio de actitudes y el afianzamiento de nuevas rutinas o incluso el asumir roles asociados a sus madres, parejas o mujeres de alrededor.

Los megasexuales son imagen, pero también concepto. Son hombres próximos a los afectos, contrarios a la violencia, solidarios, que han descubierto la palabra y la escucha, la entrega. Capaces de expresar sus emociones, de hablar del miedo y del dolor, de luchar por sus pasiones, de dar afecto y de recibirlo. “Sí hay nuevos hombres que se plantean una forma diferente de ser hombre. Hay que elegir el hombre, la persona que quieres ser. El hombre no nace, se hace. Y puedes llamarlo, etiquetarlo, como quieras. Lo cierto es que hay una necesidad de cambio y formas diferentes de plantearse la manera de ser hombre, la sexualidad, la vida. Naces hombre y puedes cuestionarte la forma en que deseas serlo, pero sí hay valores básicos; por ejemplo, plantearse la identidad masculina desde la no violencia. Ese sí es un planteamiento innovador, sin necesidad de ocupar los espacios de dominación y violencia y que no sea esta la que te dé la identidad del poder”, destaca Erick Pescador.
Comentamos y trabajamos sobre el nuevo rol del hombre, eso de la nueva masculinidad. En su nuevo papel, el hombre no se siente menos hombre por expresar sus emociones. Amamos desde ellas cultivando lo que muchos han denominado “amar en femenino”. Apostamos por la no violencia, por el respeto a la libertad individual, por la caballerosidad entendida como humanidad, como educación. En nuestras relaciones deseamos, parafraseando a este sociólogo, “introducir elementos que no han estado en el ámbito de lo masculino y mantener otros masculinos que son estupendos y maravillosos. Muchos hombres de repente se recuestionan sus vidas, sus relaciones, su sexualidad y resulta que ya muchos entre las sábanas son generosos. Despliegan un amplio abanico de juegos de seducción y erotismo destinados a dar y recibir placer, no sólo a obtenerlo. La sumisión femenina y el dominio masculino han pasado a la historia. Saben cómo mirar a una mujer, quieren establecer con ella una buena comunicación, desean que se sienta amada, satisfecha y respetada. Como compañeros de vida y de cama pueden ser una joya”.

En casa, en las tareas del hogar, en el cuidado de los hijos, estos nuevos hombres del siglo XXI echan horas y esfuerzo.  Así, el  estudio Infancia y futuro. Nuevas realidades, nuevos retos, de la Fundación Obra Social La Caixa marca en un 51% a los padres varones con niños de 5 a 10 años que están altamente implicados en la crianza de sus hijos, aunque todavía sólo el 7% de ellos se implica igual o en mayor medida que las madres. Según el mismo análisis, la proporción de padres que se acogieron a la baja por paternidad se ha cuadruplicado desde la puesta en marcha de la ley de Igualdad en el 2007: ha pasado del 15% al 58%. Los hombres del siglo XXI parecen haberse dado cuenta de que “la familia igualitaria contribuye más que la tradicional al bienestar de los niños españoles”, como concluye el informe.

Este taller de planchado, al igual que otros que se desarrollan en esta CT pone en marcha nuevos retos y actitudes complementarias y básicas para que la reinserción de nuestros usuarios sea lo más cercana a la realidad del día a día.


1 comentario:

  1. Este me viene que ni pintado,le falta dar el truco, para las arrugas de los ojos, jaja, yo me los tengo que tunear, ah la tintoreria es de arte. jaja. Gratis, pero ultimamente sin servicio de planchado, autoservicio, si el jefe te deja. O tienes, un buen fin, y un buen metodo jajaj. Deberia de ser mas rotativo, pero bueno. No es mi tintoreria. jaja.

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